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sábado, 17 de abril de 2010

Chistes de Caperucita Roja


Una vez Caperucita Roja fue a visitar a su abuelita sin saber que a su abuelita se la había comido el lobo, entra a la casa y dice:
Abuelita, que ojos tan grandes tu tienes.
Y la abuelita dice:
Es para verte mejor.
Nuevamente, Caperucita mira a su abuelita y dice:
Abuelita, que orejas tan grandes tu tienes.
Y la abuelita dice:
Es para escucharte mejor
Caperucita vuelve a insistir:
Abuelita, que nariz tan grande tu tienes.
Y la abuelita le dice:
Es para olerte mejor
Abuelita que boca tan grande tu tienes.
Y la abuelita contesta ya cansada de sus preguntas:
¿A que viniste, a visitarme o a criticarme?




Chistes de Gallegos

Manuel fue el martes a la zapatería. Después de probarse unos cuantos Pares, eligió unos italianos, muy elegantes.

Al entregárselos, el empleado le advirtió:

- Señor, este tipo de zapato suele apretar bastante en los primeros
Cinco días.
- No hay problema -respondió Pepe- no los voy a usar hasta el Próximo domingo...




En Galicia solo hay dos personas que se dedican a la mudanza,
Manolo y su hermano.
Un día iba Manolo con un armario muy grande sobre los hombros,
Y uno del pueblo le dice:
- Oye Manolo, ¿no te ayuda tu hermano?
- Mi hermano está dentro, ¡sujetando las perchas!



A un gallego lo detiene la policía y le dice:
-Deme su nombre y su apellido!
-¿Esta usted loco?... ¿Y yo después como me llamo?



Era un gallego que consiguió trabajo para pintar las líneas de las calles.
Al primer día, pinto 15 kilómetros, el jefe, muy contento, le dice que siga trabajando así.
Al segundo día el gallego pinta 9 kilómetros.
Al tercer día, pinta solo dos kilómetros. El jefe, asombrado, le pregunta:
- ¿que paso?, ¿porque ya no trabajaba como el primer día? A esto el gallego le responde:
- Es que el valde de pintura me queda cada vez más lejos...



Entra un gallego a un bar con el pie enyesado y el cantinero le pregunta:
- ¿Que le ha pasado pobre hombre que tiene el pie así?
Y el gallego responde:
- Jugando al futbol estaba por patear un tiro libre y me cambiaron el balón, me pusieron uno de cemento.
Y el cantinero dice:
-¡¡pobre de usted!!
Y el gallego dice:
-no, que pobre de mi... hubiera visto el que la cabeceó...



Dos gallegos se encuentran en un camino.
Uno de ellos llevaba una bolsa al hombro.
- ¿Qué tienes en la bolsa? -dice el otro.
- Pollos -responde el primero.
- Si acierto cuantos llevas, ¿puedo quedarme con uno?
- Si aciertas, puedes quedarte con los dos.
- Bueno, pues... ¡Cinco!


Fuente chistes12.com

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